Humor VIII

Había un tipo que movía considerables masas de dinero en su cuenta bancaria en el Citybank, todos los días hacía algunas extracciones y depósitos por cientos de miles de dólares.
Extrañado por la magnitud del movimiento de la cuenta bancaria, un día decide atenderlo personalmente el Presidente del Banco. A poco de conversar, el presidente no dudó en preguntarle a qué tipo de negocios se dedicaba.
- Yo me dedico a hacer apuestas inverosímiles - contestó el tipo.
- ¿Cómo es eso? ¿De qué tipo de apuestas me habla?
- De todo tipo de apuestas, que tengan que ver con situaciones o cosas por las que cualquier persona  apostaría una fortuna, porque tiene la seguridad de que nunca podrían ocurrir.
- No alcanzo a entender con claridad - dijo el presidente del banco.
- Mire, es más o menos así: yo a usted en este momento le apuesto doscientos mil dólares a que en tres días, usted tiene el culo completamente roto, como si se lo hubieran estado cogiendo todo el tiempo en estos tres días. Dentro de tres días, yo vuelvo al Banco con un testigo, corroboramos el estado en que se encuentra su culo y si es como yo digo, me gano doscientos mil dólares.
- Eso sí que es inverosímil, totalmente imposible, perdería usted ese dinero si apostara eso.
- Apuésteme, entonces - replicó el tipo en tono desafiante.
- Trato hecho -dijo el Presidente extendiendo su mano- lo espero dentro de tres días.
Después de pasarse tres días mirándose el culo en el espejo, el Presidente se sentó satisfecho en su despacho -y con su culito impecable- a la espera del apostador, quien llegó al poco tiempo acompañado de su testigo.
- Bien, Señor Presidente -dijo el tipo- hagamos este trámite lo más pronto posible.
El Presidente se baja los pantalones, mostrando su impecable culo. El tipo observa, y dice:
- Sí... parece que está bien, pero usted disculpe, comprenderá que voy a tener que revisar con mi dedo el interior para asegurarme de que está todo bien.
- Haga nomás -dijo el presidente.
El tipo le mete el dedo en el culo, lo hace girar varias veces en ambos sentidos y manifiesta:
- Sí, está todo bien, debo reconocerlo... Entonces se da vuelta y le dice al testigo que muchas gracias, que eso es todo, que puede retirarse y que lo espere afuera un momento.
Una vez que se retiró el testigo, el tipo saca los doscientos mil dólares y se los paga al Presidente. Entonces éste le dice:
- La verdad es que cada vez entiendo menos. Era absolutamente seguro que usted perdería ese dinero... ¿porqué habría yo de tener el culo roto? Así pierde siempre, no entiendo cómo es que hace tantos depósitos en su cuenta...
- Sí, yo con usted perdí doscientos mil dólares, pero a ése que traje de testigo le aposté un millón de dólares a que yo entraba al Citybank, iba hasta el despacho del Presidente y le metía un dedo en el culo...
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El novio acompaña a su novia a la casa después de una salida. Cuando llegan a la entrada, él adoptando una posición ganadora apoya una mano en la pared y le dice:
-Mi amor, ¿por qué no me la chupás un ratito?
Ella le contesta:
-¿Aquí? estás loco!
-Dale, rapidito, que no pasa nada...
-No! puede bajar alguien de mi familia a tirar la basura o algún vecino reconocerme.
-Pero es un ratito nada más, a esta hora no viene nadie.
-Te digo que no, que si bajan a tirar la basura...
-Dale, si a vos te gusta, una chupadita nada más ...
-No! que pueden bajar...
-Vamos, no seas así...
-He dicho que no, que no y que no!
-Vamos, dale, ahí agachada no te va a ver nadie, tonta.
-No!!!
En ese momento aparece la hermana, en camisón, medio dormida y despeinada, y le dice a su hermana:
-¡¡Dice papá que ya sacó la basura y que se la chupes de una vez, y si no, que se la chupe yo, y si no, dice que baja él y se la chupa, pero por favor, que saque la mano de los botones del portero eléctrico que son las 3 de la mañana!!!!!
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El nuevo padre de la parroquia estaba tan nervioso en su primer sermón, que casi no consiguió hablar. Antes de su segundo sermón, el domingo siguiente, preguntó al arzobispo cómo podía hacer para relajarse. Éste le sugirió lo siguiente: "La próxima vez, coloque unas gotitas de VODKA en el agua y va a ver que, después de algunos tragos, va a estar más relajado". El Domingo siguiente el Padre aplicó la sugerencia y en efecto se sintió tan bien que podía hablar hasta en medio de una tempestad, totalmente relajado. Luego del sermón, regresó a la sacristía y encontró una nota del Arzobispo que decía lo siguiente:
 "Querido Padre: La próxima vez, coloque unas gotas de Vodka en el agua y no unas gotas de agua en el Vodka. Le adjunto algunas observaciones para que no se repita lo de hoy:
- No hay necesidad de ponerle una rodaja de limón en el borde del cáliz.
- La caseta al lado del altar es el confesionario y no el baño.
- Evite apoyarse en la imagen de la Virgen y mucho menos abrazarla y besarla.
- Existen 10 mandamientos y no 12.
- Los apóstoles eran 12 y no 7. Ninguno era enanito.
- No nos referimos a nuestro señor Jesucristo y sus apóstoles como "J.C. y su banda".
- David derrotó a Goliat con una honda y una piedra, nunca le rompió el culo.
- No nos referimos a Judas como el "garca'".
- No debe tratar al Papa como "El Padrino".
- Bin Laden no tuvo nada que ver con la muerte de Jesús.
- No nos referimos a María Magdalena como "la putita esa".
- El agua bendita es para bendecir y no para refrescarse la nuca.
- Nunca rece la misa sentado en la escalera del altar y mucho menos con el pie encima de la Biblia.
- Las hostias son para distribuirlas a los feligreses. No deben ser usadas como canapé para acompañar el vino.
- En el ofertorio los fieles entregan el diezmo voluntario, saque el letrero que dice "su propina es mi sueldo".
- Los pecadores se van al infierno y no a "la concha de su madre".
- El "Padre nuestro" se debe rezar alzando las manos al cielo, no haciendo la Ola como en la cancha.
- La iniciativa de llamar al público para bailar fue buena, pero hacer el trencito por toda la iglesia..., ¡NO!
- IMPORTANTE: Aquél sentado en el rincón del altar, al cual Ud.se refirió como "maricón travesti con pollerita", era yo!
Atentamente, El Arzobispo.
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Cuatro mujeres católicas están conversando en un café de la ciudad y una de ellas comenta:
- Mi hijo es cura y cada vez que él entra a un lugar, todos le dicen "Padre".
La segunda mujer dice:
- ¡Bah! Mi hijo es Obispo y cada vez que él llega a un lugar, la gente exclama "Santo Padre".
La tercera mujer replica:
- Eso no es nada mujer. Mi hijo es Cardenal y cada vez que llega a algún lugar, la gente le dice "Su Eminencia".
La cuarta mujer sigue tomando su café en silencio y las otras mujeres la miran y le preguntan:
- ¿Y el tuyo?
- Bueno. Mi hijo es un rubio alto, de 1,80 metros, musculoso, trabaja en un bar como stripper, tiene un pene de 35 cm. y cada vez que sale a escena todas las mujeres se paran y dicen: ¡¡¡DIOS MIO!!!
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En un pueblo, un grupo de solteronas comentaba que en el pueblo vecino, otra solterona había quedado embarazada de tanto ir a la iglesia a rezar el Avemaría.
Atraída por la idea, una de ellas decide tomar el tren e ir a la iglesia del pueblo vecino y ponerse a rezar el Avemaría, pero luego de varias horas de hacerlo y ver que no pasaba nada, le pregunta al cura:
- Padre, ¿qué debo hacer para quedar embarazada como la otra mujer que lo hizo rezando el Avemaría en esta iglesia?
- Creo que hay un error en la información que usted tiene. Esa mujer ha quedado embarazada pero no con un Avemaría, sino con un Padre nuestro, pero ya lo echaron...
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El viejo judío, avaro como ninguno, se encontraba en un hospital en su lecho de muerte. No habiendo ya más nada que hacer por él, el médico decide hacer pasar a su familia a darle el último adiós.
Al ver entrar a su familia, el viejo se dirige a sus hijos y les dice:
- Quiero que me hagan una promesa. Cuando yo me muera, quiero que me entierren con todo mi dinero... Y vos -le dice al mayor de sus hijos- vas a ser el responsable de que mi último deseo sea cumplido. Quiero que vayan al banco, saquen todo mi dinero y lo pongan conmigo dentro del cajón, hasta el último centavo...
A pesar del asombro y el desconcierto, y dado que el viejo vivía sus últimos instantes, sus hijos asintieron.
Al oír de labios de sus hijos que su último deseo sería cumplido, el viejo expiró.
Al día siguiente, cuando el velorio llegaba su fin y los empleados de la funeraria se disponían a sellar el cajón, uno de los hermanos dice:
- Antes de que cierren el cajón, debemos cumplir la promesa que le hicimos a papá...
- Ya me encargué de eso... -dijo el mayor-
- ¿Qué? ¿Fuiste vos solo al banco a sacar toda esa cantidad de plata?
- ¿Sos loco vos? ¿Cómo te pensás que voy a venir por la calle con una montaña de plata?
- ¿Y entonces qué hiciste?
- Le puse un cheque...