Humor XXXVI
Está un grupo de amigos, el primero dice:
- Tener sangre fría es encontrarse a su mujer con su mejor amigo en la cama y decir como están ustedes y no hacer nada.
El segundo dice:
- No. Tener sangre fría es encontrar a la mujer con su mejor amigo, no hacer nada y además invitarlo a comer.
Y el tercero dice:
- Para nada... Tener sangre fría es encontrarse a la mujer con su mejor amigo en su cama, no hacer nada y decirles "no se preocupen sigan, sigan", y que el hijo de puta siga, eso sí es tener sangre fría.
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Un hombre va paseando por la calle y ve en una veterinaria un cartel que decía: "Se venden ranas que la maman".
El hombre entra y pregunta:
- Oiga, eso del cartel ¿es verdad?
Y el vendedor dice:
- ¡Claro!
Así que el hombre compra una rana, llega a casa, la esconde en el baño y se acuesta a dormir, al minuto le dice a la mujer:
- María, voy un momento al cuarto de baño a mear.
El hombre va, agarra la rana y se la pone. Se hacen la 1, las 3, las 5 y la mujer preocupada va al cuarto de baño y el hombre no estaba, lo busca y llega a la cocina y ve al hombre preparando una tortilla con la rana en el hombro, y la mujer le dice:
- ¿Pero qué hacés a las 5 de la mañana preparando una tortilla con una rana en el hombro?
Y el hombre contesta:
- ¡Ja! ¡Si logro enseñarle a cocinar...!
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- ¡Mamá, mamá! Mi amigo Carlitos tiene el pitito como un chizito!
- Bueno, hija, es porque Carlitos es chiquito, pero cuando crezca lo tendrá de un tamaño normal...
- No, mamá, si no lo digo por el tamaño... lo digo por lo saladito...
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Una pareja de sordos se casa. Durante la primera semana de matrimonio se dan cuenta que es imposible comunicarse en la cama cuando están con la luz apagada, porque no pueden ver las señas que les hace su pareja. Una mañana, empleando el lenguaje de señas, la esposa decide encontrar una solución.
- ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo con señales simples? Por ejemplo, si por la noche quieres tener sexo conmigo aprietas una vez mi teta izquierda; y si no quieres, aprietas una vez mi teta derecha y listo...
El esposo piensa que es una buena idea y le dice:
- De acuerdo. Y si tú quieres tener sexo conmigo, agarras mi pene y lo sacudes una vez. Pero si no quieres tener sexo, lo agarras y lo sacudes 500 veces...
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Había una vez un granjero que tenía un gallinero con 180 gallinas y estaba buscando un buen gallo para producir huevos.
Un buen día el granjero va al pueblo y se mete en la gallería y le dice al gallero:
- Buenas tardes, quisiera un buen gallo que me pise a todas mis gallinas.
- ¿Cuántas gallinas tiene?
- 180 -dice el granjero.
Entonces el gallero saca una jaula con un gallo enorme, fibroso, la cresta parada, ojos azules y un tatuaje en el pecho de los Rolling Stones y le dice al granjero:
- Tome este, el Martín, no falla.
El granjero se lo lleva y a la mañana siguiente lo saca de la jaula y lo mete en el gallinero. El gallo sale corriendo, caza a la primera gallina, le echa dos polvos, sale, agarra a la segunda, le echa el primero, y cuando le está echando el segundo se queda frito.
El granjero lo mira y dice:
- Que mierda de gallo me vendieron, se echó a dos gallinas y ya no pudo.
Entonces caza al gallo de la cresta y se lo lleva al gallero y le explica lo que pasó. El gallero se disculpa y le saca otro gallo negro con la cresta amarilla, ojos grises, zapatillas Nike y le dice al granjero:
- Este es el Nico, pruébelo y después me cuenta.
El granjero se va y repite la maniobra, lo suelta en el gallinero, el gallo sale desesperado, se voltea a la primera gallina, agarra a la segunda y la empala, a la tercera le hace el 69 y cuando esta echándose a la cuarta revienta y cae muerto en medio del gallinero. El granjero enojado caza al gallo de la pata, se lo lleva al gallero y le dice:
- Este es el segundo gallo que me vendés y revienta, más vale que me des un gallo bueno o le prendo fuego a este boliche... ¿me entendés?
Entonces el gallero le saca un gallo, todo flaco, pelado, sin plumas, ojeroso, jorobado y con zapatillas de goma de llanta y le dice al granjero:
- Mire, señor, es lo único que me queda, se llama Tito y llegó de casualidad en un barco que vino de África.
El granjero, enojado, se lo lleva pensando:
- ¿Qué voy a hacer con este gallo flaco?
Llega, lo suelta en el gallinero, el gallo sale enajenado y se voltea a las 180 gallinas, pega una segunda vuelta y se las echa a todas otra vez, sale corriendo, se echa al pastor alemán y entonces el granjero lo caza del cuello le pega dos sopapos y lo mete en la jaula.
- ¡¡Que fenómeno este gallo!! -piensa el granjero.
Y las gallinas todas estupefactas con Tito. Que Tito esto... que Tito aquello... y a ti que te hizo... y a mí me hizo tal cosa... Jolgorio total.
Al día siguiente lo suelta de nuevo y sale el Tito enajenado, le pega dos vueltas al gallinero agarrándose a todo lo que tenga plumas, sale corriendo y se clava al perro, al gato, dos vacas, el granjero lo persigue y lo caza de la cresta, le pega dos cachetazos para calmarlo y lo mete en la jaula.
- ¡Gallo hijo de puta, si me coge a toda la granja lo voy a matar!
Al día siguiente va a buscar al gallo y encuentra toda la jaula desarmada y sale corriendo hacia el gallinero y encuentra a todas las gallinas concha pa arriba, afuera ve al gato culo pal sol, las dos vacas echadas en el piso con la cola colorada hablando del Tito, el perro con el culo a la miseria y el granjero dice:
- ¡Nooo, se me escapó el gallo y se va a culiar al ganado del vecino y me va a matar!
Entonces agarra el caballo (ya culiado) y sale en busca de Tito. Cabalga y cabalga sin descanso siguiendo la pista dejada por el Tito (cabras abiertas de patas, chivos matraqueados, una tortuga con el caparazón abierto como un capot, tres ardillas rengas, un burro poniéndose crema antiinflamatoria, un venado curado de hemorroides, una víbora usada de condón, hasta que de repente, ve a Tito tirado en el medio del campo, inmóvil, mientras dos buitres volaban en círculos a su alrededor relamiéndose.
Entonces se da cuenta de la situación y grita:
- ¡Nooooo, Titooooo! ¡¡Se me murió el Titooooo!! Al fin encuentro un gallo de verdaaaaddd y se me muere!
Y, en el medio del lamento, el Tito disimuladamente abre un ojo, mira al granjero y, señalando a los buitres, le dice:
- ¡Shhhhhhhhh! ¡quedate callado, boludo!... que me los vas a espantar...
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