jueves, 25 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
Humor XXXVII
Una noche se encontraba un hombre dándose unos tragos en una barra. Cada vez que le pedía un trago al cantinero, antes de tomarlo brindaba:
- ¡Por el placer y la vergüenza!
De esa forma estuvo toda la noche brindando por lo mismo cada vez que se daba otro trago. El cantinero que no aguantaba más su curiosidad por saber porqué su cliente hacía eso, le pregunta:
- Señor, ¿por qué cada vez que usted se toma un trago brinda por el placer y la vergüenza?
El cliente se le queda mirando y le dice:
- Se lo voy a contar pues tengo que desahogarme. Yo tengo un perro Gran Danés que es enorme y lo tengo desde pequeñito y el mismo es locura conmigo. Los otros días se me queda la puerta abierta mientras me bañaba y el perro entró en los momentos que yo me inclinaba pues el jabón se me cayó al piso. El perro al verme en esa posición se me trepó y me usó como si fuera su perra.
El cantinero al oír esto dice:
- ¡Qué vergüenza!
Y el cliente le responde:
- ¡Oh no!... ése fue el placer, la vergüenza fue cuando me sacó a remolque por todo el barrio...
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Llega un fulano una noche a un hotel y pide una habitación.
El encargado le dice que sólo tiene una cama en un cuarto compartido, pero que nadie la quiere porque el otro huésped ronca muy fuerte.
El fulano, por estar demasiado cansado le responde que no hay problema y decide compartir la habitación.
A la mañana siguiente, el encargado le pregunta si durmió bien.
- Perfectamente ¡muchas gracias!
- ¿Y el señor de los ronquidos?
- ¡Ah! ¡Ningún problema! Apenas entré en la habitación le di un beso en la mejilla y una palmadita en la nalga; y después de eso, él se pasó toda la noche con los ojos abiertos y con el culo pegado a la pared!!
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- ¡Oye, Manolo! ¿Cómo has estao después de tanto tiempo? ¿Se te pasado esa suerte perra con las mujeres?
- Pues en lo que llevamos del año, Paco, he ligado tres veces más que el año pasado.
- Anda ya...
- Te lo juro. El año pasado no ligué nada, y este año nada de nada de nada.
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Entra el tipo a la casa y la mujer le recrimina:
- ¡¡Las tres de la mañana y el señor recién vuelve de juerga!! ¡Linda hora para volver a casa! ¿Vos qué te pensás?
- No empecés de nuevo con tu histeria por la hora que vuelvo... andá a dormir tranquila, nada más vine a buscar la guitarra...
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- ¿Qué haríais vosotros, si llegas un día a tu casa y te encuentras a tu esposa con otro hombre?
- ¡Yo los saco a patadas a los dos! -dice el primero.
- ¡Yo los mato a los dos! -dice el segundo.
- ¡Yo rompería el bastón, lanzaría al perro lazarillo por la ventana y luego al tipo! -dice el tercero.
Los otros lo miran sin entender y le preguntan:
- ¿Y qué tienen que ver un bastón y el perro con que tu mujer fuese infiel?
- Es que si alguien se acuesta con mi mujer, tiene que ser ciego.
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Pepe mira hacia el cielo y dice:
- ¡Mira Manolo, el avión presidencial!
- Pues que no Pepe, ése no es el avión presidencial...
- ¡Que sí! ¿por qué tú dices que ese no es el avión presidencial?
- ¡Joder hombre!... porque si ese fuese el avión presidencial irían las motos escoltándole.
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Antes de irse a dormir una mujer cincuentona se mira detenidamente al espejo y dice a su esposo:
- ¡Dios mío, Paco! Ya parezco anciana; tengo la piel arrugada, bolsas debajo de los ojos y la piel me cuelga por todas partes. ¡Mira estos pellejos en mis brazos!
Como él permanece en silencio, la mujer se vuelve y le reclama:
- Oye, ¿no vas a decirme algo para reanimarme?
- ¡Ánimo, Dolores! ¡Todavía tienes una vista estupenda!
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En medio de la selva, el cazador le dice a Tarzán:
- Oye, Tarzán, veo que tu hijo es negro.
- Sí, así nacer...
- Y dime, ¿no sospechas nada? ¿No sospechas qué puede haber pasado para que salga negro?
- No, no sospechar nada... Jane ya explicar...
- ¡Ah! ... Y tú la has comprendido... muy bien...
- Sí, Tarzán ser inteligente, Tarzán comprender. Jane explicar: ese día, Jane muy caliente, Tarzán muy caliente... salió quemado...
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- Mamá, mamá, ¿por qué la novia va vestida de blanco?
- Es por que es el día más feliz de su vida...
- Ahhh, ¿y por qué el novio va vestido de negro?
viernes, 12 de noviembre de 2010
Este gobierno es sensacional
¡Síiii! ¡Me convencieron! ¡Este gobierno es sensacional!
De sus acciones y dichos se desprende que:
- Tenemos sensación de inseguridad, ya que, según todas las declaraciones oficiales de distintos funcionarios, es que acá estamos bien en materia de seguridad, nadie muere todos los días, y somos uno de los países con menos índice de delitos. Y nos citan a otros países que están peor, apelando al consabido refrán "mal de muchos consuelo de tontos". Lo cierto es que vivimos tras las rejas, los delincuentes son los dueños del espacio público, de nuestras propiedades y de nuestra vida. En materia de droga, de país de tránsito pasamos a ser país de consumo, y ahora también somos país de narcos.
- Tenemos sensación de inflación, pero lo cierto es que las estadísticas del IndeK no la reflejan, y en el caso de que 'algún aumento se produzca', es culpa de las corporaciones; y además sólo afecta a las clases más pudientes. Los demás, los que no pertenecemos a las clases altas, no debemos preocuparnos: la inflación no nos toca ni nos roza, y es falsa la sensación de que nos atropella.
- Tenemos sensación de redistribución de la riqueza, pero cada vez hay más pobres y la brecha entre ricos y pobres se amplía cada día más.
- Tenemos la sensación de que en el país hay desnutrición, tal como lo refleja la muerte por esta causa de más de 252 chicos sólo en Misiones, pero a cambio nos han inculcado la sensación de que nadie ha hecho más por la inclusión social que este gobierno. ¿Y el Derecho Humano que asiste a estos y tantos otros chicos? ¡Ah, no! ¡Claro...! Ninguno de estos chicos ni sus padres eran Montoneros... ¿Qué Derechos Humanos pretenden? Dejar morir de hambre a un chico, en el país de los alimentos, mientras se lucen carísimas prendas, joyas y carteras, y se vive en el mejor de los lujos, es un crimen de lesa humanidad.
- Tenemos sensación de hambre y miseria, que se trasluce en la multiplicación de los asentamientos, las villas de emergencia, la creciente migración interna y el aumento del delito, pero ahora que el gobierno me lo explicó, eso ocurre porque hay una sustancial mejora en la calidad de vida, y en el hecho de que la gente migra 'atraída por las luces del centro'.
- Las cifras oficiales nos transmiten la sensación de reducción del desempleo, pero cada vez es menos la gente que labura y más la que vive de subsidios y planes, y la única 'contraprestación' exigida es la sumisión al clientelismo oficialista, con la denigración de la dignidad humana que ello significa.
- A cualquiera que se crea con derecho a ejercer el derecho constitucional de peticionar a las autoridades realizando una marcha, protesta, cacerolazo o cualquier manifestación similar, ya alguien se encargó de hacerle llegar la sensación de ser reprimidos por parte de patotas oficialistas.
- Tenemos la sensación de que existe la salud pública, pero no hay hospital público que no esté colapsado, sin insumos básicos y con su cuerpo médico superado por la demanda de atención, cuando no están de paro a causa de los dos mangos que les pagan.
- Hay sensación de educación pero las escuelas no funcionan, se caen a pedazos, y las maestras están más ocupadas en trabajar de asistentes en comedores escolares, en 'despiojar' alumnos, en hacer de sicólogas, sicopedagogas, asistentes sociales, personal de guardería y en la detección de menores con síntomas de algún tipo de abuso. Todo ello por un sueldo de dos mangos mientras las autoridades del Ministerio están sólo interesadas en que se cumplan los 180 días de clase, pero no en la calidad de la educación que se imparta en esos 180 días.
- Hay sensación de justicia pero Oyarbide y otros jueces de servilleta K, la boicotean procesando opositores y absolviendo oficialistas, y a la Corte 'la pusimos para otra cosa'.
- Tenemos la sensación de que hay libertad de prensa, pero esa sensación dista mucho de la que a diario vemos y que desde el gobierno les transmiten a los medios y periodistas no enrolados en la obsecuencia oficialista, en tanto que los obsecuentes amasan fortunas cuyo origen va desde la prebenda y los sobres por debajo de la mesa hasta la pauta oficial.
- Hay sensación de administración de la cosa pública pero lo que más prospera son los negocios de amigos y testaferros: Rudy Ulloa, Cristóbal López, Ricardo Jaime y demás son patriotas, y sus fortunas son invento de Clarín.
- Hay sensación de DDHH pero sólo Montoneros, Viejas Turras y delincuentes de toda laya y lacra gozan de ellos.
- Tenemos la sensación de haber acabado con las intromisiones del FMI, pero para eso le pusieron toda la guita de punta; así cualquiera tiene 'güevos'. Güevos es declararle el default y no pagarle un mango... mientras tanto el apriete viene del Club de París, el Banco Mundial y hasta Chávez nos chupa la sangre con préstamos usurarios.
- Nos queda la sensación de ser el país de mayor consumo de carne vacuna per cápita del mundo, porque la carne ya es impagable en los mostradores y no hay más stock ganadero.
- Tenemos la sensación de la reactivación de las exportaciones, pero sólo recaudan de eso que con desprecio llaman 'yuyo que crece al costado de los caminos': la soja. Y tenemos la sensación de que se desprecia a quienes la cultivan, siendo que tributan al fisco el 35% del valor de sus exportaciones en concepto de retenciones, mientras que las multinacionales cerealeras son las que la juntan con pala.
- Hay sensación de nacionalismo, pero casi no queda una empresa nacional, mucho menos es nacional la explotación de los recursos naturales: petróleo, minería, pesca, etc. A las empresas que operan en este sector no se las desprecia, se las mima, siendo que tributan sólo un 3% del valor que declaran exportado, sin ningún tipo de control fiscal. Y además, por exportar desde puertos no tradicionales, se les paga un 5% de ese valor declarado, con lo cual se llevan nuestras riquezas gratis y encima les pagamos un 2%. Si se les aplicara una retención del 35% similar a la del agro, con un año de recaudación podríamos pagar el 76% de toda nuestra deuda externa.
- Tenemos la sensación de vivir en democracia, pero los tres poderes del Estado están supeditados a las órdenes, caprichos y arbitrariedades de uno sólo de esos poderes.
- Tenemos la sensación -oyendo sus discursos- de que se gobierna en función de la unidad nacional y la concordia, pero el odio y las divisiones que se fomentan desde el gobierno son cada día más viscerales, y el que no esté de acuerdo con 'el modelo' es un 'enemigo' al que hay que descalificar y vapulear hasta destruir.
- Tenemos la sensación de que los crímenes de lesa humanidad son juzgados, pero sólo se juzga a la mitad, mientras la otra mitad que aún tiene sus manos manchadas de sangre es 'héroe' autoproclamado y gobierna.
- Tenemos la sensación de que se impulsa la reparación de todos los daños producidos durante los "años de plomo", pero la reparación sólo alcanzó a quienes fueron víctimas en ocasión de su militancia, excluyéndose a quienes resultaron ser 'daños colaterales' de esos enfrentamientos, y a quienes obligatoriamente cumplían el Servicio Militar, entre los cuales se cuentan 147 colimbas desaparecidos y más de 100 caídos en enfrentamientos y atentados. El libro "Operación Primicia" -de reciente aparición- es el relato de uno sólo entre miles de casos similares. El derecho a la justicia y a la reparación lo tienen sólo los que decidieron hacer 'justicia revolucionaria' por mano de sus propias organizaciones.
- Tenemos la sensación de que se ejecutan obras públicas ya que por doquier se licitan y se colocan carteles con la figura de la Presidente, pero sólo el 3% de la Obra Pública contemplada en el Presupuesto Nacional se concluyó. El resto del presupuesto 'desaparece en maniobras': la obra es adjudicada a una 'Empresa' de un amigo o testaferro. Inicia y ejecuta un 2%, emite el correspondiente Certificado de Obra. El gobierno no paga el Certificado. La obra se paraliza. Al cabo de unos cuantos meses, en medio de un circo de reclamos judiciales y demás, el gobierno se aviene a pagar el Certificado, más la correspondiente indemnización por incumplimiento de contrato e intereses por mora en el pago, honorarios, etc. Ahí se fue toda la guita del presupuesto: la obra queda sin continuar, y la 'Empresa' se llevó toda la guita sin invertir un mango más ni concluir la obra. Negocio redondo: sólo invirtió menos del 2%.
- Tenemos la sensación de tener una línea aérea de bandera, pero el problema es que no tiene un puto avión y sólo sirve para pagar suculentos sueldazos a los amigotes y a sus hijos.
- Tenemos la sensación de poder transitar libremente, pero la libre circulación dejó de ser tal y es una estática e inmóvil platea desde donde se puede contemplar durante horas las luchas por el poder interno del oficialismo: cuando no son los camiones de Moyano son los piketeros y las orgas sociales oficialistas midiendo fuerzas. Cuando una protesta no está encabezada por oficialistas, aparece la mano de obra oficialista que les dispara y los mata como hicieron con Mariano Ferreyra.
- La sensación de que Cristian Favale -el supuesto asesino de Ferreyra- se les coló en las fotos de varios funcionarios sin que éstos sepan quién era, ya es pública. Sin embargo, si en la foto hubiera estado Duhalde, todavía estarían tratando de tirarle el muerto. Y si el de la foto hubiera sido Magnetto, el crimen hubiese sido declarado de 'lesa humanidad' y ya estaría en cana hasta el canillita que vende Clarín en La Quiaca...
- De la sensación de velorio a cajón cerrado, la sensación de 'movilización espontánea' y show mediático mediante, mejor no hablar.
Progres nacypop, su estilo es transmitir sensaciones: infundir temor e inventar enemigos mientras hacen sus negocios al amparo del poder, se enriquecen ilícitamente hasta límites incalculables, mandonean y basurean a propios y utilizan la caja para comprar voluntades de extraños a diestra y siniestra... y la gilada ávida de demagogia, carne podrida, prebendas y limosna clientelista los aplaude... y algún boludo hasta los llora...
¿No es sensacional?
De sus acciones y dichos se desprende que:
- Tenemos sensación de inseguridad, ya que, según todas las declaraciones oficiales de distintos funcionarios, es que acá estamos bien en materia de seguridad, nadie muere todos los días, y somos uno de los países con menos índice de delitos. Y nos citan a otros países que están peor, apelando al consabido refrán "mal de muchos consuelo de tontos". Lo cierto es que vivimos tras las rejas, los delincuentes son los dueños del espacio público, de nuestras propiedades y de nuestra vida. En materia de droga, de país de tránsito pasamos a ser país de consumo, y ahora también somos país de narcos.
- Tenemos sensación de inflación, pero lo cierto es que las estadísticas del IndeK no la reflejan, y en el caso de que 'algún aumento se produzca', es culpa de las corporaciones; y además sólo afecta a las clases más pudientes. Los demás, los que no pertenecemos a las clases altas, no debemos preocuparnos: la inflación no nos toca ni nos roza, y es falsa la sensación de que nos atropella.
- Tenemos sensación de redistribución de la riqueza, pero cada vez hay más pobres y la brecha entre ricos y pobres se amplía cada día más.
- Tenemos la sensación de que en el país hay desnutrición, tal como lo refleja la muerte por esta causa de más de 252 chicos sólo en Misiones, pero a cambio nos han inculcado la sensación de que nadie ha hecho más por la inclusión social que este gobierno. ¿Y el Derecho Humano que asiste a estos y tantos otros chicos? ¡Ah, no! ¡Claro...! Ninguno de estos chicos ni sus padres eran Montoneros... ¿Qué Derechos Humanos pretenden? Dejar morir de hambre a un chico, en el país de los alimentos, mientras se lucen carísimas prendas, joyas y carteras, y se vive en el mejor de los lujos, es un crimen de lesa humanidad.
- Tenemos sensación de hambre y miseria, que se trasluce en la multiplicación de los asentamientos, las villas de emergencia, la creciente migración interna y el aumento del delito, pero ahora que el gobierno me lo explicó, eso ocurre porque hay una sustancial mejora en la calidad de vida, y en el hecho de que la gente migra 'atraída por las luces del centro'.
- Las cifras oficiales nos transmiten la sensación de reducción del desempleo, pero cada vez es menos la gente que labura y más la que vive de subsidios y planes, y la única 'contraprestación' exigida es la sumisión al clientelismo oficialista, con la denigración de la dignidad humana que ello significa.
- A cualquiera que se crea con derecho a ejercer el derecho constitucional de peticionar a las autoridades realizando una marcha, protesta, cacerolazo o cualquier manifestación similar, ya alguien se encargó de hacerle llegar la sensación de ser reprimidos por parte de patotas oficialistas.
- Tenemos la sensación de que existe la salud pública, pero no hay hospital público que no esté colapsado, sin insumos básicos y con su cuerpo médico superado por la demanda de atención, cuando no están de paro a causa de los dos mangos que les pagan.
- Hay sensación de educación pero las escuelas no funcionan, se caen a pedazos, y las maestras están más ocupadas en trabajar de asistentes en comedores escolares, en 'despiojar' alumnos, en hacer de sicólogas, sicopedagogas, asistentes sociales, personal de guardería y en la detección de menores con síntomas de algún tipo de abuso. Todo ello por un sueldo de dos mangos mientras las autoridades del Ministerio están sólo interesadas en que se cumplan los 180 días de clase, pero no en la calidad de la educación que se imparta en esos 180 días.
- Hay sensación de justicia pero Oyarbide y otros jueces de servilleta K, la boicotean procesando opositores y absolviendo oficialistas, y a la Corte 'la pusimos para otra cosa'.
- Tenemos la sensación de que hay libertad de prensa, pero esa sensación dista mucho de la que a diario vemos y que desde el gobierno les transmiten a los medios y periodistas no enrolados en la obsecuencia oficialista, en tanto que los obsecuentes amasan fortunas cuyo origen va desde la prebenda y los sobres por debajo de la mesa hasta la pauta oficial.
- Hay sensación de administración de la cosa pública pero lo que más prospera son los negocios de amigos y testaferros: Rudy Ulloa, Cristóbal López, Ricardo Jaime y demás son patriotas, y sus fortunas son invento de Clarín.
- Hay sensación de DDHH pero sólo Montoneros, Viejas Turras y delincuentes de toda laya y lacra gozan de ellos.
- Tenemos la sensación de haber acabado con las intromisiones del FMI, pero para eso le pusieron toda la guita de punta; así cualquiera tiene 'güevos'. Güevos es declararle el default y no pagarle un mango... mientras tanto el apriete viene del Club de París, el Banco Mundial y hasta Chávez nos chupa la sangre con préstamos usurarios.
- Nos queda la sensación de ser el país de mayor consumo de carne vacuna per cápita del mundo, porque la carne ya es impagable en los mostradores y no hay más stock ganadero.
- Tenemos la sensación de la reactivación de las exportaciones, pero sólo recaudan de eso que con desprecio llaman 'yuyo que crece al costado de los caminos': la soja. Y tenemos la sensación de que se desprecia a quienes la cultivan, siendo que tributan al fisco el 35% del valor de sus exportaciones en concepto de retenciones, mientras que las multinacionales cerealeras son las que la juntan con pala.
- Hay sensación de nacionalismo, pero casi no queda una empresa nacional, mucho menos es nacional la explotación de los recursos naturales: petróleo, minería, pesca, etc. A las empresas que operan en este sector no se las desprecia, se las mima, siendo que tributan sólo un 3% del valor que declaran exportado, sin ningún tipo de control fiscal. Y además, por exportar desde puertos no tradicionales, se les paga un 5% de ese valor declarado, con lo cual se llevan nuestras riquezas gratis y encima les pagamos un 2%. Si se les aplicara una retención del 35% similar a la del agro, con un año de recaudación podríamos pagar el 76% de toda nuestra deuda externa.
- Tenemos la sensación de vivir en democracia, pero los tres poderes del Estado están supeditados a las órdenes, caprichos y arbitrariedades de uno sólo de esos poderes.
- Tenemos la sensación -oyendo sus discursos- de que se gobierna en función de la unidad nacional y la concordia, pero el odio y las divisiones que se fomentan desde el gobierno son cada día más viscerales, y el que no esté de acuerdo con 'el modelo' es un 'enemigo' al que hay que descalificar y vapulear hasta destruir.
- Tenemos la sensación de que los crímenes de lesa humanidad son juzgados, pero sólo se juzga a la mitad, mientras la otra mitad que aún tiene sus manos manchadas de sangre es 'héroe' autoproclamado y gobierna.
- Tenemos la sensación de que se impulsa la reparación de todos los daños producidos durante los "años de plomo", pero la reparación sólo alcanzó a quienes fueron víctimas en ocasión de su militancia, excluyéndose a quienes resultaron ser 'daños colaterales' de esos enfrentamientos, y a quienes obligatoriamente cumplían el Servicio Militar, entre los cuales se cuentan 147 colimbas desaparecidos y más de 100 caídos en enfrentamientos y atentados. El libro "Operación Primicia" -de reciente aparición- es el relato de uno sólo entre miles de casos similares. El derecho a la justicia y a la reparación lo tienen sólo los que decidieron hacer 'justicia revolucionaria' por mano de sus propias organizaciones.
- Tenemos la sensación de que se ejecutan obras públicas ya que por doquier se licitan y se colocan carteles con la figura de la Presidente, pero sólo el 3% de la Obra Pública contemplada en el Presupuesto Nacional se concluyó. El resto del presupuesto 'desaparece en maniobras': la obra es adjudicada a una 'Empresa' de un amigo o testaferro. Inicia y ejecuta un 2%, emite el correspondiente Certificado de Obra. El gobierno no paga el Certificado. La obra se paraliza. Al cabo de unos cuantos meses, en medio de un circo de reclamos judiciales y demás, el gobierno se aviene a pagar el Certificado, más la correspondiente indemnización por incumplimiento de contrato e intereses por mora en el pago, honorarios, etc. Ahí se fue toda la guita del presupuesto: la obra queda sin continuar, y la 'Empresa' se llevó toda la guita sin invertir un mango más ni concluir la obra. Negocio redondo: sólo invirtió menos del 2%.
- Tenemos la sensación de tener una línea aérea de bandera, pero el problema es que no tiene un puto avión y sólo sirve para pagar suculentos sueldazos a los amigotes y a sus hijos.
- Tenemos la sensación de poder transitar libremente, pero la libre circulación dejó de ser tal y es una estática e inmóvil platea desde donde se puede contemplar durante horas las luchas por el poder interno del oficialismo: cuando no son los camiones de Moyano son los piketeros y las orgas sociales oficialistas midiendo fuerzas. Cuando una protesta no está encabezada por oficialistas, aparece la mano de obra oficialista que les dispara y los mata como hicieron con Mariano Ferreyra.
- La sensación de que Cristian Favale -el supuesto asesino de Ferreyra- se les coló en las fotos de varios funcionarios sin que éstos sepan quién era, ya es pública. Sin embargo, si en la foto hubiera estado Duhalde, todavía estarían tratando de tirarle el muerto. Y si el de la foto hubiera sido Magnetto, el crimen hubiese sido declarado de 'lesa humanidad' y ya estaría en cana hasta el canillita que vende Clarín en La Quiaca...
- De la sensación de velorio a cajón cerrado, la sensación de 'movilización espontánea' y show mediático mediante, mejor no hablar.
Progres nacypop, su estilo es transmitir sensaciones: infundir temor e inventar enemigos mientras hacen sus negocios al amparo del poder, se enriquecen ilícitamente hasta límites incalculables, mandonean y basurean a propios y utilizan la caja para comprar voluntades de extraños a diestra y siniestra... y la gilada ávida de demagogia, carne podrida, prebendas y limosna clientelista los aplaude... y algún boludo hasta los llora...
¿No es sensacional?
martes, 2 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
Lo que mata no es la humedad...
A KIRCHNER LO MATÓ EL MIEDO (y Moyano le dio el tiro de gracia)
de Enrique Francisco Arenz, el Domingo, 31 de octubre de 2010 a las 19:15
 Las dos personas más poderosas de la Argentina: Cristina y Hugo Moyano frente al ataúd de quien los engendró |
Las personalidades como Néstor Kirchner no se enferman por la acción, las peleas, las intrigas, las crispaciones cotidianas y la hiperactividad. Al contrario, disfrutan cuando humillan y someten a los demás, aplastan a sus enemigos y consiguen sus objetivos. Lo que los enferma es el fracaso, la caída, la derrota inesperada, la debilidad del poder, el morder el polvo una y otra vez.
Mientras Néstor Kirchner logró materializar sus ambiciones, someter a la incondicionalidad a sus adláteres y atropellar con éxito a sus adversarios y enemigos, vendió salud, fue feliz y se notaba que disfrutaba de su posición dominante.
Obligó al comandante del Ejercito a descolgar un cuadro, echó al obispo castrense sin consultar al Papa, mandó a encarcelar a cientos de oficiales sin derecho al arresto domiciliario por edad avanzada o enfermedad, aumentó una y otra vez las jubilaciones mínimas mientras postergaba arbitraria e injustamente las escalas superiores, sometió a gobernadores e intendentes, transformó en poderosas empresarias a las madres de Plaza de Mayo y entregó las calles a piqueteros y movimientos sociales subvencionados con dinero público. Pero por sobre todo supo multiplicar milagrosamente su propia fortuna personal.
Todo le salía bien. Hasta el extremo de idear una manera de burlar la Constitución poniendo a su esposa como sucesora para poder ocupar varios turnos presidenciales mediante esa alternancia artificial. No tuvo escrúpulos al ordenar la adulteración de las estadísticas del INDEC, no tuvo freno al meter la mano en las reservas del Banco Central, ni al manotear los recursos de la Anses ni al provocar una inflación que empobrece día a día a los pobres y arrastra a muchos a la indigencia. Hizo lo que se le dio la gana. Con nosotros, con nuestra economía y con el prestigio internacional de la Argentina.
Pero un día las cosas comenzaron a salirle mal. El primer aviso fue aquella inesperada manifestación masiva convocada por Juan Carlos Blumberg contra la inseguridad, grave problema del que ni él ni su esposa jamás se preocuparon. Después vino la valiente resistencia de los ruralistas contra el intento de saquearlos con las retenciones, los cacerolazos en los centros urbanos, el rechazo popular al discurso enervante que planteaba el conflicto permanente y se negaba al diálogo negociador, y, finalmente, el demoledor voto no positivo del vicepresidente Cobos, una verdadera catástrofe.
Y a partir de ese traspié, una catarata de fiascos y frustraciones: el enfrentamiento con la Iglesia, que le costó el alejamiento de vastos sectores católicos; el conflicto chapucero con Uruguay, que terminó con una sentencia internacional contraria a la Argentina; la derrota electoral de 2009, con el oprobio de las candidaturas testimoniales; la valija venezolana, las denuncias de Graciela Ocaña sobre la mafia de los medicamentos (mafia tolerada por el gobierno, cuyas campañas financió, por eso se tuvo que ir la ministra), la guerra contra el periodismo independiente que publicaba tapas, investigaciones, denuncias y opiniones que disgustaban al matrimonio, guerra que epilogó con el papelón increíble de la falsa denuncia contra la empresa Papel Prensa, y por último, la frustrada arremetida contra la Justicia “delivery”, los jueces “cautelares” y la Corte Suprema de Justicia (que había sido nombrada “para otra cosa”, según reconoció el Secretario Legal y Técnico de la presidencia), Corte Suprema cuyos dignos y probos ministros, a pesar de los insultos, las presiones y las amenazas, fallaron como tenían que fallar en tres causas fundamentales (tres puñaladas para el corazón sensible de Néstor): la extradición del terrorista chileno Apablaza, la reposición del procurador echado por Kirchner en Santa Cruz y la confirmación de la suspensión del artículo de “desinversión” de la Ley de Medios (hecho a medida para fulminar a Clarín)
A todo esto, las encuestas alambicadas de los analistas más complacientes le daban una caída libre en la intención de voto de la gente, le advertían la virtual imposibilidad de llegar al 40% en la primera vuelta en un proceso considerado irreversible, y por lo tanto la imposibilidad de la reelección de Cristina o la elección de Néstor en el 2011.
Scioli, oportunista y ventajero (pero no cobarde), lo culpó solapadamente de la inseguridad en la provincia haciendo trascender que tenía las manos atadas. “¿Quién le ata las manos, gobernador?”, bramó Kirchner fuera de sí en una tribuna mirándolo a Scioli con la cara contraída por el descontrol y la furia.
Y esa afrenta le permitió al “sangre de horchata” dar señales de vaporosa independencia, poner condiciones a su concurrencia al último acto en Santa Cruz y hasta admitir públicamente que podría ser candidato a presidente. Varios intendentes se soliviantaron y algunos gobernadores se atrevieron a hablar “del futuro del Justicialismo” nada menos que con Duhalde.
Ahí Kirchner tuvo su anteúltimo episodio vascular.
Se produjo el asesinato del joven militante del PO, y cuando el gobierno intentó tirarle el muerto a Duhalde apareció en los odiados diarios la foto del presunto asesino abrazado con los ministros Boudou y Sileone, en una peña exclusiva y rigurosamente kirchnerista.
Pero mientras estas atroces derrotas se producían y debilitaban su menguante poder, los jueces federales movían parsimoniosamente los expedientes de incontables denuncias de corrupción que acorralan a los más cercanos colaboradores de los Kirchner. Néstor sabía que cuando ya no estuviera en el poder tendría que afrontar serias consecuencias penales. No sólo él, también su esposa y posiblemente su hijo, que es el administrador de la fortuna familiar y como tal debe de saber mucho sobre el arte de comprar terrenos fiscales baratos y venderlos caros. El horizonte se le puso muy negro, no tenía escapatoria. Por eso fantaseó con presentarse como candidato a gobernador por Santa Cruz, y dicen (esto no está probado aún) que había comenzado a urdir como última escapatoria un pacto de impunidad con Scioli a cambio de designarlo su heredero.
Cuando el ex presidente llegó a Calafate, ya se estaba muriendo. Su poder sin límites, sus proyectos hegemónicos, su “revolución” social, su “modelo” económico de acumulación y "distribución del ingreso", su capitalismo de amigos disfrazado de Justicia Social, todo, absolutamente todo, se estaba derrumbando. Hasta la composición del Consejo de la Magistratura, que utilizó como amenaza contra algunos jueces vulnerables, cambiaría próximamente dejándolo sin el temible poder de veto.
Ya estaba muriendo, pero le faltaba el tiro de gracia.
Y se lo dio Moyano. El día anterior a su fallecimiento el camionero, exaltado porque también se sabe en peligro, habló telefónicamente con Kirchner por lo menos tres veces y le recriminó en duros términos haberle vaciado la reunión del Consejo Justicialista de la Provincia, a la que pegaron el faltazo los principales dirigentes aparentemente por orden de Kirchner. Claro, Kirchner también comprobó que Moyano era otro de sus terribles fracasos e intentaba esmerilarlo antes de que levantara demasiado vuelo. Pero ya era tarde.
Los que le cargaron a Moyano este sambenito (que le va a resultar difícil quitarse) aseguran que la discusión fue feroz: Moyano lo amenazó, le recordó que él era el dueño de la calle y que ya estaba harto de soportar sus maniobras arteras y su autoritarismo. A la mañana siguiente Kirchner estaba muerto.
No murió por patriota ni por ser un gladiador que dio su vida por sus ideales en beneficio del pueblo argentino. No fue un mártir, que prefirió la muerte antes que renunciar a sus convicciones, aunque mucha gente, en el marco de la necrofilia argentina, hoy así lo crea. Fue un ambicioso desmesurado de poder y de dinero, un político sin escrúpulos, sin ética, sin remordimientos, que usó la política y el poder en su propio beneficio. Y como suele ocurrir con todas las personas como él, que además están solas y aisladas porque desconfían hasta de sus sombras y no aceptan consejos ni opiniones que contradigan sus caprichos y sus locuras, un día la torre que edificó se le empezó a venir abajo.
Cuando Néstor tuvo la certeza de que el piso se le abría bajo sus pies y los de su familia, su corazón no lo soportó.
En síntesis: a Kirchner lo enfermó la seguidilla de fracasos sin retorno, y lo mató el miedo a las consecuencias penales que lo estaban acechando. Y fue Hugo Moyano quien tuvo el dudoso honor de darle el tiro de gracia.
Fuente.
Mientras Néstor Kirchner logró materializar sus ambiciones, someter a la incondicionalidad a sus adláteres y atropellar con éxito a sus adversarios y enemigos, vendió salud, fue feliz y se notaba que disfrutaba de su posición dominante.
Obligó al comandante del Ejercito a descolgar un cuadro, echó al obispo castrense sin consultar al Papa, mandó a encarcelar a cientos de oficiales sin derecho al arresto domiciliario por edad avanzada o enfermedad, aumentó una y otra vez las jubilaciones mínimas mientras postergaba arbitraria e injustamente las escalas superiores, sometió a gobernadores e intendentes, transformó en poderosas empresarias a las madres de Plaza de Mayo y entregó las calles a piqueteros y movimientos sociales subvencionados con dinero público. Pero por sobre todo supo multiplicar milagrosamente su propia fortuna personal.
Todo le salía bien. Hasta el extremo de idear una manera de burlar la Constitución poniendo a su esposa como sucesora para poder ocupar varios turnos presidenciales mediante esa alternancia artificial. No tuvo escrúpulos al ordenar la adulteración de las estadísticas del INDEC, no tuvo freno al meter la mano en las reservas del Banco Central, ni al manotear los recursos de la Anses ni al provocar una inflación que empobrece día a día a los pobres y arrastra a muchos a la indigencia. Hizo lo que se le dio la gana. Con nosotros, con nuestra economía y con el prestigio internacional de la Argentina.
Pero un día las cosas comenzaron a salirle mal. El primer aviso fue aquella inesperada manifestación masiva convocada por Juan Carlos Blumberg contra la inseguridad, grave problema del que ni él ni su esposa jamás se preocuparon. Después vino la valiente resistencia de los ruralistas contra el intento de saquearlos con las retenciones, los cacerolazos en los centros urbanos, el rechazo popular al discurso enervante que planteaba el conflicto permanente y se negaba al diálogo negociador, y, finalmente, el demoledor voto no positivo del vicepresidente Cobos, una verdadera catástrofe.
Y a partir de ese traspié, una catarata de fiascos y frustraciones: el enfrentamiento con la Iglesia, que le costó el alejamiento de vastos sectores católicos; el conflicto chapucero con Uruguay, que terminó con una sentencia internacional contraria a la Argentina; la derrota electoral de 2009, con el oprobio de las candidaturas testimoniales; la valija venezolana, las denuncias de Graciela Ocaña sobre la mafia de los medicamentos (mafia tolerada por el gobierno, cuyas campañas financió, por eso se tuvo que ir la ministra), la guerra contra el periodismo independiente que publicaba tapas, investigaciones, denuncias y opiniones que disgustaban al matrimonio, guerra que epilogó con el papelón increíble de la falsa denuncia contra la empresa Papel Prensa, y por último, la frustrada arremetida contra la Justicia “delivery”, los jueces “cautelares” y la Corte Suprema de Justicia (que había sido nombrada “para otra cosa”, según reconoció el Secretario Legal y Técnico de la presidencia), Corte Suprema cuyos dignos y probos ministros, a pesar de los insultos, las presiones y las amenazas, fallaron como tenían que fallar en tres causas fundamentales (tres puñaladas para el corazón sensible de Néstor): la extradición del terrorista chileno Apablaza, la reposición del procurador echado por Kirchner en Santa Cruz y la confirmación de la suspensión del artículo de “desinversión” de la Ley de Medios (hecho a medida para fulminar a Clarín)
A todo esto, las encuestas alambicadas de los analistas más complacientes le daban una caída libre en la intención de voto de la gente, le advertían la virtual imposibilidad de llegar al 40% en la primera vuelta en un proceso considerado irreversible, y por lo tanto la imposibilidad de la reelección de Cristina o la elección de Néstor en el 2011.
Scioli, oportunista y ventajero (pero no cobarde), lo culpó solapadamente de la inseguridad en la provincia haciendo trascender que tenía las manos atadas. “¿Quién le ata las manos, gobernador?”, bramó Kirchner fuera de sí en una tribuna mirándolo a Scioli con la cara contraída por el descontrol y la furia.
Y esa afrenta le permitió al “sangre de horchata” dar señales de vaporosa independencia, poner condiciones a su concurrencia al último acto en Santa Cruz y hasta admitir públicamente que podría ser candidato a presidente. Varios intendentes se soliviantaron y algunos gobernadores se atrevieron a hablar “del futuro del Justicialismo” nada menos que con Duhalde.
Ahí Kirchner tuvo su anteúltimo episodio vascular.
Se produjo el asesinato del joven militante del PO, y cuando el gobierno intentó tirarle el muerto a Duhalde apareció en los odiados diarios la foto del presunto asesino abrazado con los ministros Boudou y Sileone, en una peña exclusiva y rigurosamente kirchnerista.
Pero mientras estas atroces derrotas se producían y debilitaban su menguante poder, los jueces federales movían parsimoniosamente los expedientes de incontables denuncias de corrupción que acorralan a los más cercanos colaboradores de los Kirchner. Néstor sabía que cuando ya no estuviera en el poder tendría que afrontar serias consecuencias penales. No sólo él, también su esposa y posiblemente su hijo, que es el administrador de la fortuna familiar y como tal debe de saber mucho sobre el arte de comprar terrenos fiscales baratos y venderlos caros. El horizonte se le puso muy negro, no tenía escapatoria. Por eso fantaseó con presentarse como candidato a gobernador por Santa Cruz, y dicen (esto no está probado aún) que había comenzado a urdir como última escapatoria un pacto de impunidad con Scioli a cambio de designarlo su heredero.
Cuando el ex presidente llegó a Calafate, ya se estaba muriendo. Su poder sin límites, sus proyectos hegemónicos, su “revolución” social, su “modelo” económico de acumulación y "distribución del ingreso", su capitalismo de amigos disfrazado de Justicia Social, todo, absolutamente todo, se estaba derrumbando. Hasta la composición del Consejo de la Magistratura, que utilizó como amenaza contra algunos jueces vulnerables, cambiaría próximamente dejándolo sin el temible poder de veto.
Ya estaba muriendo, pero le faltaba el tiro de gracia.
Y se lo dio Moyano. El día anterior a su fallecimiento el camionero, exaltado porque también se sabe en peligro, habló telefónicamente con Kirchner por lo menos tres veces y le recriminó en duros términos haberle vaciado la reunión del Consejo Justicialista de la Provincia, a la que pegaron el faltazo los principales dirigentes aparentemente por orden de Kirchner. Claro, Kirchner también comprobó que Moyano era otro de sus terribles fracasos e intentaba esmerilarlo antes de que levantara demasiado vuelo. Pero ya era tarde.
Los que le cargaron a Moyano este sambenito (que le va a resultar difícil quitarse) aseguran que la discusión fue feroz: Moyano lo amenazó, le recordó que él era el dueño de la calle y que ya estaba harto de soportar sus maniobras arteras y su autoritarismo. A la mañana siguiente Kirchner estaba muerto.
No murió por patriota ni por ser un gladiador que dio su vida por sus ideales en beneficio del pueblo argentino. No fue un mártir, que prefirió la muerte antes que renunciar a sus convicciones, aunque mucha gente, en el marco de la necrofilia argentina, hoy así lo crea. Fue un ambicioso desmesurado de poder y de dinero, un político sin escrúpulos, sin ética, sin remordimientos, que usó la política y el poder en su propio beneficio. Y como suele ocurrir con todas las personas como él, que además están solas y aisladas porque desconfían hasta de sus sombras y no aceptan consejos ni opiniones que contradigan sus caprichos y sus locuras, un día la torre que edificó se le empezó a venir abajo.
Cuando Néstor tuvo la certeza de que el piso se le abría bajo sus pies y los de su familia, su corazón no lo soportó.
En síntesis: a Kirchner lo enfermó la seguidilla de fracasos sin retorno, y lo mató el miedo a las consecuencias penales que lo estaban acechando. Y fue Hugo Moyano quien tuvo el dudoso honor de darle el tiro de gracia.
Fuente.
... y la compañía de los buitres...
La Soledad del Poder
Por María Delicia Rearte de Giachino (1)
CARTA ABIERTA A LA SRA CRISTINA FERNÁNDEZ VDA. DE KIRCHNER
Señora, respetuosamente le presento mis condolencias.
La muerte de su esposo la ha colocado en ese estado civil detestable: "VIUDA".
Horrible palabra. Suena a despojo, a lejanía, a abandono, a olvido...a soledad.
Al verla erguida ante el ataúd cerrado de ese "hombre difícil", que fuera "el compañero de su vida", según sus propias palabras hace muy pocos días. Al verla rodeada de ese cortejo omnipotente que era de él y ahora será suyo. Al ver esa multitud vociferante, que sin el menor decoro gritaba consignas, esgrimía amenazas, turbaba con palabras soeces la PAZ de la muerte. Al ver a los hasta ayer detractores del difunto, transformados en los más elocuentes defensores de sus virtudes cívicas y humanas. Al ver tanta hipocresía. Al ver tanta mentira. Al ver tanta falsía...
Flanqueada por la presencia pétrea de los "PATRIOTAS LATINOAMERICANOS", a su espalda la mirada socarrona del "CHE", a un lado el postrer saludo conciliador del "VIEJO LEÓN HERBÍVORO"...
SEÑORA... LA COMPADECÍ.
Seguramente en su cabeza de mujer inteligente y capaz, apareció la palabreja: VIUDA... con todas sus connotaciones: despojo, lejanía, abandono, olvido, soledad...
El despojo desgarrador de su estado civil "casada", que se llevaba gran parte de su personalidad impetuosa y atropelladora.
Una lejanía irreversible de aquello que fuera su mundo y que ahora se le ofrecía complejo, desconocido, peligroso...
Abandonada, en el peor de los abandonos, el que padecen los observados, los envidiados, los resistidos, los adulados...
Olvidada para ser recordada en el oportunismo o la conveniencia, o la agachada, o la emboscada, o la trampa...
Y... sola. Absolutamente sola. Irremediablemente sola. Sola en la más profunda soledad. Sola en "LA SOLEDAD DEL PODER".
Y... LA COMPADECÍ.
Porque cuando la desconfianza la altere, cuando el miedo la acorrale, cuando las decisiones le pertenezcan, cuando reconozca sus errores, cuando su firma valga más que la verdad, cuando no sepa qué hacer y lo que haga lo haga mal, cuando acierte, cuando se equivoque, cuando llore y cuando ría, cuando la aconsejen o la engañen, Señora, va a estar sola.
Sola en la más sola de las soledades. LA SOLEDAD DEL PODER.
Ayer al ver tanta impudicia en un pueblo que confundió el dolor con la venganza, en una clase dirigente que se prostituye por un lugar, en unos medios de comunicación mutables según el mandamás, en unos "giles" que se avivaron, a usted NO LA VI... La ocultaban sus grandes gafas oscuras, junto a un ataúd cerrado, que encerraba el secreto del pasado.
Sin cruz ni espada. Sólo un bastón malabarista y un pañuelo que no sirvió para enjugar amor sino odio, una bandera escurridiza y un hombre desnudo dando cuentas a DIOS...
Y... LA COMPADECÍ.
Pasarían por su mente los momentos felices y los no tanto, las lecciones de la historia siempre alternadas, la guillotina y el trono, los millones de argentinos que la empujan en la responsabilidad del deber, las ideologías amparadas por la obsecuencia, el mandato irreprimible del BIEN COMÚN. El martirio, el calvario, la GLORIA o la soledad más sola de las soledades: LA SOLEDAD DEL PODER.
No sé si pensó en la PATRIA, que no es este país manoseado por intereses internacionales, no es esta nación vacilante en un camino erróneo, no es este estado corrupto. La Patria es aquel pedacito de tierra, lejano y frío, propio por la más verdadera propiedad que es la de la sangre, silencioso, sereno, elevado en cruces, protegido por la STMA VIRGEN, refugio de los verdaderamente grandes, féretros abiertos al orgullo del mundo. DEBER y VALOR. LEALTAD Y HUMILDAD. AMOR Y TEMPLANZA.
En la PATRIA no hay soledades. Abríguese en ella.
Señora, respetuosamente, reciba mis condolencias.
MARIA DELICIA REARTE DE GIACHINO.
Fuente.
(1) María Delicia Rearte de Giachino es la madre del primer argentino muerto en Malvinas: el Capitán de Corbeta de la Infantería de Marina Pedro Edgardo Giachino.
La muerte de su esposo la ha colocado en ese estado civil detestable: "VIUDA".
Horrible palabra. Suena a despojo, a lejanía, a abandono, a olvido...a soledad.
Al verla erguida ante el ataúd cerrado de ese "hombre difícil", que fuera "el compañero de su vida", según sus propias palabras hace muy pocos días. Al verla rodeada de ese cortejo omnipotente que era de él y ahora será suyo. Al ver esa multitud vociferante, que sin el menor decoro gritaba consignas, esgrimía amenazas, turbaba con palabras soeces la PAZ de la muerte. Al ver a los hasta ayer detractores del difunto, transformados en los más elocuentes defensores de sus virtudes cívicas y humanas. Al ver tanta hipocresía. Al ver tanta mentira. Al ver tanta falsía...
Flanqueada por la presencia pétrea de los "PATRIOTAS LATINOAMERICANOS", a su espalda la mirada socarrona del "CHE", a un lado el postrer saludo conciliador del "VIEJO LEÓN HERBÍVORO"...
SEÑORA... LA COMPADECÍ.
Seguramente en su cabeza de mujer inteligente y capaz, apareció la palabreja: VIUDA... con todas sus connotaciones: despojo, lejanía, abandono, olvido, soledad...
El despojo desgarrador de su estado civil "casada", que se llevaba gran parte de su personalidad impetuosa y atropelladora.
Una lejanía irreversible de aquello que fuera su mundo y que ahora se le ofrecía complejo, desconocido, peligroso...
Abandonada, en el peor de los abandonos, el que padecen los observados, los envidiados, los resistidos, los adulados...
Olvidada para ser recordada en el oportunismo o la conveniencia, o la agachada, o la emboscada, o la trampa...
Y... sola. Absolutamente sola. Irremediablemente sola. Sola en la más profunda soledad. Sola en "LA SOLEDAD DEL PODER".
Y... LA COMPADECÍ.
Porque cuando la desconfianza la altere, cuando el miedo la acorrale, cuando las decisiones le pertenezcan, cuando reconozca sus errores, cuando su firma valga más que la verdad, cuando no sepa qué hacer y lo que haga lo haga mal, cuando acierte, cuando se equivoque, cuando llore y cuando ría, cuando la aconsejen o la engañen, Señora, va a estar sola.
Sola en la más sola de las soledades. LA SOLEDAD DEL PODER.
Ayer al ver tanta impudicia en un pueblo que confundió el dolor con la venganza, en una clase dirigente que se prostituye por un lugar, en unos medios de comunicación mutables según el mandamás, en unos "giles" que se avivaron, a usted NO LA VI... La ocultaban sus grandes gafas oscuras, junto a un ataúd cerrado, que encerraba el secreto del pasado.
Sin cruz ni espada. Sólo un bastón malabarista y un pañuelo que no sirvió para enjugar amor sino odio, una bandera escurridiza y un hombre desnudo dando cuentas a DIOS...
Y... LA COMPADECÍ.
Pasarían por su mente los momentos felices y los no tanto, las lecciones de la historia siempre alternadas, la guillotina y el trono, los millones de argentinos que la empujan en la responsabilidad del deber, las ideologías amparadas por la obsecuencia, el mandato irreprimible del BIEN COMÚN. El martirio, el calvario, la GLORIA o la soledad más sola de las soledades: LA SOLEDAD DEL PODER.
No sé si pensó en la PATRIA, que no es este país manoseado por intereses internacionales, no es esta nación vacilante en un camino erróneo, no es este estado corrupto. La Patria es aquel pedacito de tierra, lejano y frío, propio por la más verdadera propiedad que es la de la sangre, silencioso, sereno, elevado en cruces, protegido por la STMA VIRGEN, refugio de los verdaderamente grandes, féretros abiertos al orgullo del mundo. DEBER y VALOR. LEALTAD Y HUMILDAD. AMOR Y TEMPLANZA.
En la PATRIA no hay soledades. Abríguese en ella.
Señora, respetuosamente, reciba mis condolencias.
MARIA DELICIA REARTE DE GIACHINO.
Fuente.
(1) María Delicia Rearte de Giachino es la madre del primer argentino muerto en Malvinas: el Capitán de Corbeta de la Infantería de Marina Pedro Edgardo Giachino.
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