Humor XXXIII

Va un tipo manejando por la autopista, en eso ve a alguien parado al costado de la ruta, doblado de dolor y llorando desconsoladamente... y lo reconoce...
- ¡Alfredo, hermano! ¿Qué pasó?
- Mirá... -dice Alfredo señalando el auto y continuando con su llanto y su terrible gesto de dolor. Su impresionante Ferrari, hecho una pelota de fierros retorcidos.
- Pero Alfredito querido... si con el dinero que tenés te podés comprar 10 Ferraris. ¡¡¡Vamos hermano!!!
- No... ¡Mirá adentro! -dice Alfredo mientras sigue llorando doblado sobre sí mismo.
Y al mirar, ve una rubia impresionante, desnuda, hecha mierda.
- ¡Bueno Alfredo... pero vos podés conseguir 10 Ferrari y 100 rubias como ésa, ¡Vamos, arriba el ánimo!
Y dice Alfredo:
- ¡No...! ¡Mirá adentro! ¡¡¡Mirá adentro... de la boca de la rubia!!!
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Una viejita vivía sola con un loro antikirchnerista, que se pasaba todo el día gritando:
¡¡¡A la mierda con Cristina!!! ¡¡¡Al carajo con la Pingüina!!!
Un día, algunos "compañeros kirchneristas" que vivían en el mismo Barrio fueron a hacerle un reclamo a la viejita para que callara al loro.
Preocupada habló con el loro:
- Lorito, m'hijo, cállate la boca, deja de meterte con la presidente que nos van a encarcelar a los dos, cállate la boca.
Pero el loro seguía:
¡¡¡A la mierda con Cristina!!!
La viejita fue a hablar con el cura del pueblo para explicarle la situación, a ver si podía ayudarla, y el cura le dijo:
- A ver, hija, lo que podemos hacer es que Ud. me lo traiga y lo metemos en la misma jaula donde tengo dos loritos muy católicos que saben decir misa, el Santo Rosario y muchas otras oraciones, para ver si así se le olvida el asunto y aprende a rezar!
Al cabo de 15 días, la viejita va de nuevo a visitar al cura para ver los resultados, y le pregunta:
- Padre, ¿qué pasó con el lorito?
El cura, con suma preocupación, la mira y le dice:
- Yo creo que la cosa se puso peor, hija mía, porque cuando tu loro dice: ¡A la mierda con Cristina!, los míos responden a coro: "Te rogamos, Señor..."
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Entra a un café un hombre llevando a un monito con una correa.
Se sienta, pide un whisky para él y un licuado de bananas para el mono.
El animal se toma el licuado, tira el vaso a la mierda y comienza a correr por todo el bar, lanzando gritos y haciendo destrozos.
Finalmente, llega a la mesa de billar, se para, ve la bola blanca que está sobre el paño de la mesa; la agarra y se la come.
El dueño del bar, enfurecido, le recrimina al hombre:
- Óigame, usted! Ese mono suyo es un salvaje, primero me destroza el bar y después se come mi bola de billar! ¡Los voy a echar a patadas a usted y a ese bicho de mierda!
El hombre, avergonzado, le dice al dueño:
- No se preocupe amigo, yo le pago por todos los daños.
Dicho esto, saca un fajo de billetes y se va.
Al cabo de una semana vuelven el hombre y su monito al mismo bar. El hombre pide un trago para él y un licuado de bananas para el mono. El mono esta vez se comporta decentemente; se toma su trago y se pone a caminar mesa por mesa, pero sin romper nada. En esas ve sobre una mesa un helado con una cereza encima. Agarra la cereza, la mira bien, y procede a metérsela en el culo con toda delicadeza. Se la saca, la vuelve a mirar, y se la come.
El dueño del bar, indignado, otra vez le recrimina al hombre:
- Oiga! Ese bicho asqueroso suyo es un inmundo! ¿Vio lo que hizo? ¡¡Delante de todos mis clientes, se mete una cereza en el culo y después se la come!!
A lo que el hombre le contesta:
- Sí, mire, tiene que comprenderlo, con lo que le costó cagar la bola de billar, ahora antes de comer cualquier cosa primero se la mide!!!
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Un Vasco va en un tren sentado frente a una rubia estupenda, vestida con una minifalda muy corta. El hombre intenta no fijarse en sus preciosos muslos pero no es capaz de retirar su mirada. De tanto fisgonear se da cuenta que la chica va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que él la mira justo ahí y le dice:
- Me estás mirando el chichi, verdad?
- Sí disculpa -responde sonrojado el vasco tras apartar la mirada.
- Está bien, no te preocupes -responde la mujer- ¿Sabes? Es muy hábil. Mira esto, voy a hacer que mi chichi te guiñe un ojo.
Dicho y hecho. El hombre ve asombrado como el chichi le echa un par de guiños.
- También puedo hacer que te tire un beso...
La chica sube un poco más la falda para que él tenga una vista completa y despejada. Acto seguido, el chichi increíblemente contrae sus labios y le tira un beso con sonido incluido: ¡Muac!
El vasco no podía creer semejante expresión de raro talento.
- Ven y siéntate a mi lado -sugiere la mujer ya entrada en calor.
El hombre, ni corto ni perezoso, se sienta a su lado. La rubia, con voz melosa, le pregunta:
- ¿Quieres meter un par de dedos adentro?
Paralizado de asombro el vasco responde:
- ¡No jodas! ¡Qué! ¿También chifla?
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Un galleguito llega a la casa de sus vecinos argentinos y le pregunta al hombre de la casa si tiene algo para arreglar o reparar, ya que necesita algo de dinero.
El hombre le dice:
- ¿Cuanto me cobrás por pintar el porch?
El galleguito responde:
- Que le parecen.... ¿100 euros?
El tipo, muy de acuerdo con el precio, le da la pintura, la escalera, los pinceles, etc.
Al rato la esposa del hombre le comenta:
- ¿Sabrá él que tiene que pintar el techo también?... ¿por qué no vas a ver cómo lo está haciendo?... mirá que es gallego... y hacen muchos chistes sobre ellos.
El hombre no le presta atención.
Al rato suena el timbre. Es el galleguito que le dice:
- Terminé con el trabajo y ya limpié los pinceles... como tenía pintura extra le dí dos manos y guardé todo en el garage.
El argentino, sorprendido, saca dinero de su bolsillo y paga lo convenido, y le agrega 10 euros de propina.
El galleguito le agradece y al ir retirándose, se da vuelta y dice:
- ¡Ah! ... y no es un porche... es un Toyota.
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Un niño fue golpeado por la vecina y la madre furiosa fue a pedirle explicaciones:
- ¿Por qué le pegó a mi hijo?
- ¡¡Por maleducado, me llamó gorda!!
- ¿Y cree que pegándole va a adelgazar?
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Un burro muere frente a una iglesia, como una semana después el cuerpo seguía allí, el cura se decidió llamar al jefe de policía.
- Sr. policía ¡¡tengo un burro muerto hace una semana frente a la iglesia!!
El policía, que no se llevaba bien con el cura, contesta:
- Pero padre, ¿no es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?
- ¡Así es! Pero también es mi obligación avisar a los parientes!