Humor XV

El marido de una Sra. estaba en estado de coma; salió y entró de ese estado varias veces durante meses y, aún así, su mujer permaneció a su lado, todos los días. Un día, que él despierta, le pide a su mujer que se acerque y, con lágrimas en los ojos, le dice:
- ¿Sabes qué, Marta?... siempre has estado a mi lado en cada momento malo:
- Cuando fui despedido del trabajo, me diste ánimo.
- Cuando mi negocio quebró, estuviste ahí.
- Cuando me asaltaron, estuviste a mi lado.
- Cuando me dispararon, ahí estabas tú.
- Cuando perdimos la casa, te quedaste conmigo.
- Cuando mi salud empezó a decaer, estabas justo ahí, a mi lado. ¿Sabes qué, Marta?
- ¿Qué, querido? -preguntó ella sonriendo, a medida que su corazón se llenaba de ternura.
- Creo que me traés mala suerte, hija de puta...
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- Verá doctor, tengo un problema. Cuando hago el amor con mi mujer, me da la impresión de que no siente nada. Algunas veces incluso se duerme.
- Eso tiene una explicación científica. Algunas mujeres en estado de excitación se acaloran tanto que les es imposible sentir nada. Trate de hacer el amor y abanicarla al mismo tiempo.
Y esa noche así lo hizo. Pero cuando atendía al abanico no atendía a lo otro. Así que contrató a un negro para que abanicase a su señora.
- Vamos, negro, abanicá fuerte. ¿Sentís algo ahora Lucía?
- No, nada...
- ¡Más fuerte negro! ¿Y ahora, Lucía?
- Nada, nada...
- Negro, dame el abanico a mí y probá vos...
El negro no entiende nada, pero se manda encima de Lucía y le da masa mientras el marido abanicaba.
- ¿Y ahora Lucía? ¿Sentís algo?
- Síiiiiiií, siiiiiiiiiií, ahora siiiiiiií! Me vuelve loca!!!!
- ¡Ves, negro de mierda! ¡No sabés ni abanicar!
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Un rosarino sale del Casino de Victoria sin un mango. Era muy tarde y fue a tomar el único taxi que había en la puerta:
- Quiero ir a Rosario -le dice-
- Serán 200 pesos por adelantado...
- Ahora no tengo nada, perdí todo en el casino, pero si me llevás, al llegar te doy 300 mangos.
- Entonces no te llevo; buscate otro gil, ¡chanta!
Pasa una semana y el mismo hombre gana 5.000 pesos. Al salir del casino se encuentra la hilera de taxis; el que no lo quiso llevar estaba último. Después de pensar en cómo vengarse del taxista, entra en el primer taxi y enseñando el dinero le dice:
- ¿Cuánto cuesta ir hasta Rosario?
- 200 pesos.
- Te doy 600 si al llegar me la chupás.
- ¡Ni en pedo! ¡Tomátelas de acá!
A continuación prueba con el siguiente taxi:
- ¿Cuánto cuesta ir a Rosario?
- 250 pesos.
- Te doy 600 si al llegar me la chupás.
- Ni por 6.000, ¡mariconazo!
Y así con todos los taxis de la hilera, hasta que llega al taxista del que se quería vengar:
- Cuánto cuesta ir hasta Rosario?
- 200 pesos por adelantado.
- Te doy 300 si bajás la ventanilla, y al ir pasando junto a tus colegas que no me quisieron llevar, los saludás con una sonrisa diciendo: ¡¡ME VOY A ROSAAAARIOOOO!!
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Una mujer estaba con su amante y en forma inesperada llega el marido.
- Rápido, por la ventana, que sólo es un primer piso.
- Pero María, si está lloviendo a cántaros, y así desnudo me va a dar una pulmonía.
- ¡Saltá, que mi marido nos mata a los dos!
Así que sale totalmente en pelotas, se descuelga por el balcón y se encuentra a unos tipos haciendo footing. El tipo se une a ellos, corriendo para disimular.
- ¿Y usted hace siempre footing así en bolas?
- Sí, sí... es muy sano, porque uno se siente más suelto y al transpirar no se le pega la ropa y no le molesta nada.
- ¿Y siempre lleva un preservativo puesto?
- No, no, sólo cuando llueve.
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Una mujer está muy triste y preocupada porque su madre está muy grave internada en el hospital. Se dirige a su marido y le suplica que vaya a visitarla y que le diga cómo está. El marido se dirige al hospital y a la hora y media regresa. La esposa le pregunta:
- ¿Cómo está mi madre?
El marido muy serio y con voz grave le dice:
- Creo que en cualquier momento tu madre vuelve a vivir con nosotros.
- ¿Qué dices? -grita la mujer- ¿Mamá está mejor? ¡Se han escuchado mis ruegos! ¿La has podido ver en terapia intensiva? ¿Qué es lo que te ha dicho el médico?
- No, no la pude ver. Tiene prohibidas las visitas. Tampoco me han dado el parte médico, pero el médico de guardia me dijo:
- Amigo, prepárese para lo peor...
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Cierta madrugada venía por la autopista un tipo con un 600 y se le rompió. Se mandó a la banquina esperando que alguien parase, y a los 10 minutos apareció un Mercedes Benz a 170 km/h.
En eso el tipo del Mercedes da marcha atrás y vuelve hasta el del 600. Ahí mismo se ofrece a remolcar al pobre tipo, que aceptó enseguida, pero le pidió por favor que no corriese mucho, que si no el 600 y él se irían a la mierda.
Por lo que pactaron que le iba a tocar bocina cada vez que el Mercedes fuese muy rápido.
El Mercedes comienza a remolcarlo, y siempre que aceleraba demasiado, le daba un bocinazo.
En eso, aparece un Porsche Carrera GT que empieza a intimidar al del Mercedes, y éste que se prende y empieza el pique: 120, 130, 150, 190, 210, 240, 260 km/h. El del 600 estaba desesperado, echando luces y bocinazos como loco, y los dos seguían a la par.
De repente pasan por delante de una patrulla caminera, que registra unos impresionantes 270 km/h.
Entonces el agente avisa por radio al próximo puesto:
- ¡Atención! ¡Atención! Un Mercedes Gris Plata y un Porsche Negro disputando una carrera a más de 270km/h en la autopista.  ¡Y muchachos, juro por mi madre que no chupé nada, pero atrás va un 600 a los bocinazos para que lo dejen pasar!