Humor XXXVIII

Hablaban tres amigos acerca de los regalos que habían hecho a sus esposas:
- Yo le he hecho a mi mujer un regalo que levanta de 0 a 100 en 5 segundos...
Y los otros preguntan:
- ¿Qué le regalaste?
- Un Porsche, por supuesto ¿qué va a ser si no?
Dice otro:
- Eso no es nada... yo a la mía le he regalado una cosa que levanta de 0 a 100 en 3 segundos.
- ¿Y qué le has regalado?
- Un Ferrari, ¿qué más puede ser?
Y dice el último:
- Vaya regalos los de Uds... a la mía le regalé una cosa que levanta de 0 a 120 en un segundo.
- ¡Baaahhh! Eso es imposible ¿Y qué le regalaste?
- ... Una balanza...
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Llega el tipo a su casa a las 6 de la mañana y su señora le dice:
- ¡Me he enterado que tienes otra vieja!
El tipo la mira serio y le dice:
- ¡Callate! No sabés nada...
- ¡¿Ah no?! ¡¿Me lo vas negar?!
- No, y no es vieja, tiene 20 años...
- ¡Y además le pusiste un cuchitril!
- Cuchitril es éste, a ella le puse un palacio.
- ¡Sí! y además con ella duermes todas las noches!!
- ¡Ves que no sabés nada!... con VOS duermo todas las noches... con ella no pego un ojo en toda la noche...
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María le dice a su marido:
- ¡Ay Manolo! si mi madre se viene a vivir con nosotros tenemos que mudarnos a otra casa más grande.
- ¡Para qué!... si de todas maneras, tarde o temprano nos encontrará.
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Una vez tres tipos muertos estaban en la puerta del cielo esperando a pasar al otro lado, entonces San Pedro dice:
- Lo siento señores, pero solo queda espacio para uno.
Entonces uno de los tipos dice:
- Yo soy quien debe entrar.
Y el otro dice:
- No, yo.
Y los tres empiezan a discutir hasta que San Pedro propone:
- Señores, señores, vamos a hacer algo, yo voy a mandar a pasar uno por uno a cada uno de ustedes para que me cuenten como murieron. El que tenga la historia más trágica es el que pasa, ¿de acuerdo?
Hace pasar al primero:
- Señor San Pedro, yo soy un hombre ya casado y con una buena vida, yo presentía que mi esposa me estaba engañando y un día cuando me iba al trabajo me volví a casa. Cuando llego me encuentro a mi mujer desnuda tirada en el piso, ella me dice que estaba haciendo jogging desnuda, obviamente no le creí y empecé a buscar al hijo de puta que se la estaba tirando. Busqué bajo la cama, en un armario, cuando oigo unos golpecitos en la ventana y veo al hijo de puta colgado, golpeando para que le abrieran. Me puse como loco y agarré un martillo y empecé a darle en los dedos hasta que se cayó, pero cayó sobre un toldo y luego en un arbusto y se salvó. Me dio tanta rabia que agarré el freezer y se lo tiré encima, con tanta mala suerte el cable se enredó en mi pie y me arrastró en su caída. Ahora estoy aquí.
San Pedro lo hace salir y se queda pensando "pobrecito".
Pasa el segundo tipo y le dice:
- Señor San Pedro yo estoy aquí por una razón. Yo era un limpiaventanas y con futuro. Un día estaba limpiando un vidrio en el piso 15 y se rompió mi cuerda y caí hasta el piso 12, donde logré agarrarme de una ventana; dí unos golpecitos para que me abrieran y en eso sale un loco con los ojos echando fuego y con un martillo empezó a pegarme en los dedos hasta que me solté, pero por suerte caí en un toldo y luego en un arbusto. Creí que me había salvado, cuando miro hacia arriba y veo que se me viene encima un freezer con un tipo amarrado atrás. Aturdido como estaba, no pude esquivarlo, me cayó encima y aquí estoy.
San pedro le dice:
- Creo que nadie puede superarte, pero vamos a ver que dice el último. Pasa el último y cuenta:
- Mire señor San Pedro, yo no sé por qué ni cómo es que estoy acá. Lo último que me acuerdo es que estaba encamado con una mujer casada, y de repente me dice: "¡Huy... volvió mi marido, volvió mi marido! ¡Escondete en el freezer!"
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Llega un joven a pedir la mano de su novia y dice:
- Buenos días suegro, buenos días suegra, buenos días Martita. Vengo a pedir la mano de su hija.
Y el suegro le pregunta:
- ¿Con cuánto cuenta?
- Con cien mil pesos...
Y el suegro dice:
- ¡Noooo! eso no alcanza ni para el papel higiénico.
El novio se retira diciendo:
- Bueno. Hasta luego suegro, hasta luego suegra, hasta luego Martita.
Vuelve a los tres meses.
- Buenos días suegro, buenos días suegra, buenos días Martita. Vengo a pedir la mano de su hija.
- ¿Y esta vez con cuánto cuenta?
- Con trescientos mil pesos...
- ¡Nooooo! eso no alcanza ni para el papel higiénico!
Y el joven contesta:
- Bueno, adiós suegro, adiós suegra. ¡Qué manera de cagar la tuya ¿eh, Martita?!
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Una reportera de CNN escuchó hablar de un viejito Judío, que había estado yendo a orar al Muro de los Lamentos por mucho tiempo, todos los días, dos veces por día...
Lo observó mientras oraba. Después de 45 minutos y cuando el viejito se estaba por ir, ella se acercó para hacerle una entrevista.
- Discúlpeme, señor. Soy Rebecca Smith, reportera de CNN. ¿Cuál es su nombre?
- Moshe Cohen -respondió el hombre.
- ¿Por cuanto tiempo ha venido Ud, señor, al Muro de los Lamentos?
- Por alrededor de 60 años...
- ¡60 años! ¡Es asombroso! ¿Y por quién ó por qué reza?
- Rezo por la paz entre Cristianos, Judíos y Musulmanes. Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente. Rezo para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus semejantes.
- ¿Y cómo se siente Ud. después de estos 60 años?
- ¡Como si le hubiera estado hablando a una pared!
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Un estanciero riquísimo, se casa con Casilda, una muchacha muy pobre de su región. A los pocos días de casados le regala un auto 0 km, le da empleo en la estancia a toda la familia de ella... en fin, la vida les cambió radicalmente. Todos estaban felices. Hasta que después de dos meses de casada... Casilda reúne a toda la familia y les dice:
- ¡¡¡No aguanto más!!! ¡Me quiero divorciar!
- ¿Estás loca Casilda? ¿No ves que tu marido es un hombre muy bueno, que te quiere, te respeta, resolvió la vida de todos nosotros y ahora... querés patear todo, por qué? -pregunta el padre.
- Mirá papá, a él solamente le importa tener sexo anal. No me puedo ni agachar, que ahí viene él por atrás y... ñáaacate!! Para que tengas una idea, viejo, cuando me casé el agujerito de mi trasero parecía una monedita de 5 centavos y ahora, después de dos meses, parece una moneda de 50 centavos...
- Y decime nena... ¿por 45 centavos vas a hacer todo este kilombo?